El extraño culto a la decadencia
El culto a la decadencia está muy vinculado al «mendigar como estilo de vida» pero es conceptualmente más amplio y afecta a diferentes aspectos de la vida.
El culto a la decadencia venera a la dejadez y la apoya firmemente al punto tal de que lo decadente se transforma en bueno y lo bueno deja de serlo, es algo así como un defecto de «visión» que modifica como percibimos las cosas.
Se puede cuestionar a qué me refiero con «bueno» y «malo», pero para poder avanzar en mi argumentación establezco básicamente que lo «bueno» es todo aquello que forma parte de las buenas costumbres que facilitan el relacionamiento en una sociedad y todo lo «malo» todo aquello que lo entorpece o imposibilita.
En el culto a la decadencia se exacerba determinado elemento/adjetivo posiblemente «bueno» hasta convertirlo en algo «malo». Pongo como ejemplo a «la humildad» a priori es un adjetivo positivo pero el culto a la decadencia lo lleva a tal grado de exageración que más que humildad se llega a fomentar el bichicomismo. Una persona «humilde» me parece bárbaro, ahora transformarse en un bichicome (con perdón de los bichicomes que se que nunca quisieron tener que vivir así) con el fin de demostrar que se es extremadamente humilde y poco ambicioso me parece lamentable
El problema no es solamente que se vayan transformando en «malos» sino que con esta visión retorcida de exageración de atributos se evalúan también las actitudes «buenas» hasta convertirlas en «malas», por ejemplo una persona que intenta superarse (en principio algo «bueno») se transforma , según el culto a la decadencia, en un maldito ambicioso que está equivocado por no querer ser un bichicome (concepto explicado en el párrafo anterior socialmente aceptado por todo aquel que practica el culto a la decadencia). O sea, trata de ver lo negativo de las cosas positivas y magnifica lo negativo hasta llegar a ser cada vez peor.
No me cabe en la mente como lo decadente se me presenta como algo aceptable y deseable, para mi lo decadente es decadente, imposible verle lo bueno.